Una de las costumbres más arraigadas en gran parte de los deportistas tiene que ver con pasarle la pelota de la culpa al árbitro, tema que ya he desarrollado en algún artículo anteriormente.
El reclamo y la protesta están siempre a la mano como primera manifestación cuando algo no nos favorece, y si bien eso es una respuesta común, hay algunas cositas que sería bueno revisar para comprender cuanto nos puede perjudicar estar tan pendientes de los árbitros. En la cancha, con las pulsaciones y la adrenalina jugando su partido, mas de una vez nos cuesta leer o anticipar situaciones, por lo que generalmente (por no decir casi siempre) cuando las protestas o quejas contra los jueces empiezan a hacerse reiteradas o venimos de dos o tres seguidas, lo más probable es que estemos camino al temido “Fuera de Foco”.
El reclamo y la protesta están siempre a la mano como primera manifestación cuando algo no nos favorece, y si bien eso es una respuesta común, hay algunas cositas que sería bueno revisar para comprender cuanto nos puede perjudicar estar tan pendientes de los árbitros. En la cancha, con las pulsaciones y la adrenalina jugando su partido, mas de una vez nos cuesta leer o anticipar situaciones, por lo que generalmente (por no decir casi siempre) cuando las protestas o quejas contra los jueces empiezan a hacerse reiteradas o venimos de dos o tres seguidas, lo más probable es que estemos camino al temido “Fuera de Foco”.